martes, 6 de septiembre de 2016

El viaje de Peru

Volvemos del parón vacacional con las pilas bien cargadas de ilusión y dispuestos a continuar con nuestras recomendaciones para enriquecer nuestros momentos de ocio familiar.


Queremos empezar con este hermoso libro protagonizado por Peru, un niño muy curioso y ávido de aventuras. Su inquietud lo lleva a realizar un fantástico viaje en el que conocerá los riesgos a los que está expuesto nuestro planeta; guerras, desigualdad, contaminación… A través de sus andanzas descubrirá cómo sufren los animales, cómo la desigualdad maltrata a muchos seres humanos y cómo vamos deteriorando nuestro entorno.




Con un tono muy optimista y un final muy constructivo, “El viaje de Peru” contiene unas bonitas ilustraciones que ayudarán a los más “peques” de la casa a adentrarse en los diferentes mundos y situaciones a los que nos lleva este gran viaje, sin duda, una buena oportunidad para pasar un buen rato compartiendo sensaciones ante diferentes realidades.


“El viaje de Peru”, disponible también en catalán, euskera y gallego, está editado por La Fertilidad de la Tierra Ediciones, una editorial que nació en 2000 con los objetivos de fomentar y difundir la agricultura y la ganaderías ecológicas contribuyendo a mejorar el entorno y recuperar la cultura y los paisajes que nos rodean.
  
Podéis adquirirlo a través de la página web de la editorial, donde también tenéis información de las distribuidoras que se encargan de su comercialización en las diferentes comunidades autónomas.



Otro de sus libros que nos ha gustado mucho, pero mucho, mucho, ha sido “La vida del huerto ecológico”, en la actualidad sólo disponible en catalán, gallego y euskera. Un hermoso libro en el que con bellas ilustraciones nos van contando todas las actividades que hay que desarrollar para cultivar un huerto; imaginación, alegría y tiempo para compartir harán que nuestro huerto esté muy vivo. Incluso conoceremos alguna receta para hacer en familia y cómo proteger nuestras plantaciones respetando a los animales.


Esperamos que disfrutéis de estas dos recomendaciones y que, como siempre, nos hagáis llegar vuestra opinión.

La Fertilidad de la Tierra Ediciones
Tel.: 948 53 9216



jueves, 7 de julio de 2016

Las tormentas

A muchos de nuestros perros les aterran las tormentas ¿os habéis dado cuenta? 

Hay diferentes teorías para explicarlo que van desde las reminiscencias de su vida salvaje donde una tormenta es una amenaza importante y hay que guarecerse lo antes posible, pasando por la impronta cuando fueron cachorros por no haber estado expuestos a una tormenta, o por haberlo estado en circunstancias inadecuadas. En fin, sea como sea, debemos extremar las precauciones si nos pilla una tormenta en un paseo y llevarlos siempre sujetos con su correa. 



Lo mejor sería intentar evitar las horas con previsión de tormenta para dar nuestros paseos y, siempre, llevar a nuestros peludos debidamente identificados. Además del microchip, una chapa en su collar ayudará a localizarlos en el caso de que, a pesar de todas las precauciones, se despisten al correr asustados. 

En casa, no debemos acariciarlos cuando muestren miedo, pues reforzaríamos su actitud temerosa (las caricias para ellos son el premio a una buena conducta, recordadlo amigos). Tened paciencia e ignorarlos es lo más aconsejable. 

Si creéis que el estrés es muy alto, ponéos en contacto con un experto en comportamiento canino que os podrá asesorar el modo más adecuado de minimizar su angustia.

miércoles, 22 de junio de 2016

¿Zoos y acuarios? Mejor no

Llega el buen tiempo y las vacaciones de los más peques, y la agenda se nos llena de planes al aire libre, muchos de ellos relacionados con los animales.

Desde Charlacanes queremos compartir con vosotros que hay otras maneras de acercar a los niños el mundo de los animales sin necesidad de verlos enjaulados, viviendo en decorados de materiales artificiales y padeciendo climas totalmente opuestos a los de sus hábitats.

Los zoos y acuarios, son lugares donde los animales sufren un confinamiento perpetuo, manifestando importantes problemas físicos y emocionales. Además, dichos lugares apenas rozan  –y cuando lo hacen es muy, muy de lejos–, el carácter educativo que se les podría exigir, convirtiéndose en una sucesión de escaparates, los primeros, y en un circo acuático, los segundos.



Los centros de protección animal, santuarios, reservas, parques naturales…, son quizá espacios más orientados hacia la tarea de trasladar a los niños el respeto a los animales y ayudarlos a entender las formas de actuar, alimentarse, etc., de las diferentes especies con las que compartimos el planeta. Aún así, en algunos parques de nuestro país se mantienen animales procedentes de lugares con climas tan diferentes al nuestro como cebras, leones, suricatos, osos polares…

Lamentablemente, estos centros no siempre están cerca de nuestros lugares de residencia pues buscan emplazamientos en espacios naturales alejados de los núcleos urbanos. Si por este motivo nos planteamos que la opción de visitar el zoo es la única manera de que nuestros peques vean animales de cerca, valoremos si el verlos sobre módulos de cemento, en jaulas de cristal, bañándose en aguas estancadas y malolientes, apáticos y sucios, va a darles, de verdad, una perspectiva enriquecedora de la vida salvaje. ¿No sería mejor para ellos verlos en una película o en un libro? Se puede plantear como un momento de ocio familiar; elegir la película, verla juntos, comentarla, hacer alguna actividad divertida relacionada con ella. Echadle imaginación, ya veréis qué buen momento.

La idea original para la creación de un zoo es buena, lo malo es su desvirtuación al querer convertir estos espacios en una actividad comercial, ignorándose las necesidades de hábitat de los animales y careciendo de un personal adecuadamente formado para enriquecer su entorno de manera que su vida confinados sea lo más similar a cómo sería su vida en libertad. No hablamos sólo de veterinarios, sino de expertos en etología animal, especializados en el comportamiento de cada una de las especies presentes en el zoo. Es decir, menos animales y mejor cuidados. Con más espacio –más, muchísimo más–, y no favorecer la interactuación con los visitantes de una manera tan evidente.

¿Qué podemos hacer? 

Buscar lugares alternativos en los que se respete el bienestar de los animales alojados. Nosotros, a día de hoy, no podríamos recomendar con el corazón ninguno de los parques que conocemos al cien por cien, pues aquellos parques que disponen de un amplio territorio, a modo "Safari", se equivocan, en nuestra opinión, al tener animales de otros climas, pero, al menos, los animales pueden trasladarse en una simulada semilibertad, ejercer cierta territorialidad, pasar la noche al aire libre… Es una opción aceptable.

Localizar santuarios de animales, reservas y protectoras que admitan visitas. Esta es la mejor opción, sin duda, pues suelen tener programas educativos, talleres y visitas guiadas para menores. Además los niños se acercarán a la labor desinteresada de estas organizaciones, conocerán el trabajo del voluntariado y la posibilidad de colaborar con estas entidades de diferente modos. 

Si carecemos de los recursos necesarios para poder ir a uno de estos centros y decidimos ir al zoo, hacer de observadores puede ser una buena manera de contribuir a mejorar las cosas. Detectar, con la ayuda de los pequeñajos, qué animales están apáticos, tristes o sucios, cuáles están felices y con buen aspecto, relacionándolo con el espacio del que disponen, y valorar cómo se podría mejorar, puede ser una actividad divertida y muy constructiva para ellos. Seríamos algo así como la "patrulla animalera" ¿qué os parece? Al acabar nuestra visita, sería genial compartir nuestra opinión con los responsables del zoo, si es por escrito, mejor. Constatar que hay una demanda de que mejoren las instalaciones puede contribuir a que vayan tomando medidas en beneficio de los animales.


lunes, 29 de febrero de 2016

Amistades difíciles


Mirad qué colega se ha echado Tarta el fin de semana. A Tarta le encanta la nieve pero parece que así en formato "personaje" no le hace tanta gracia ¿verdad?



Con lo guapete y estiloso que es...




¡Charlacanes cumple un año!

Empezamos la semana de subidón total porque los Charlacanes ¡hemos cumplido un año ya! Un año de ilusión, "peques", risas, creatividad, compromiso… Y mucho, mucho, amor por los animales.


Tenemos algunas sorpresas preparadas para compartir con vosotros a lo largo de estos días. Empezamos con una tarta muy tierna gracias a nuestras "compis" de Charlacanes, Tarta y Melosa.
Esperamos que os guste, os aseguramos que con estas dos la dulzura está asegurada ; D


miércoles, 24 de febrero de 2016

Charlacanes en San Antón ¡La fiesta de los animales!

Charlacanes participó el pasado 16 de enero en las actividades que se desarrollaron en Madrid con motivo de las fiestas de San Antón. 



El Ayuntamiento de Madrid abrió este año las fiestas de San Antón a la participación de las entidades sociales que luchan por los derechos de los animales. El día fue una fiesta participativa y con diversas opciones de ocio: charlas, conferencias, actividades para los más "peques", mercadillo solidario con cosas muy originales, zona de adopciones... 

¿Animales, protección, diversión y creatividad? Las "charlacanas" no nos lo podíamos perder y allí estuvimos el sábado a la una de la tarde dando un Charlacán en el Aula Taller de la Escuela de Música.



El aula era un poco fresca pero pronto se notó ese calorcillo que se crea cuando se establece una buena conexión. Los "peques" disfrutaron con nuestro taller creativo y participaron con sus mágicas ideas, experiencias y opiniones de lo más variado, como buenos charlatanes. 




Desarrollamos el Charlacán "No me abandones" y la verdad es que fueron muy participativos. Pasamos un buen rato entre todos, padres incluidos, con la charla que se creó donde nos fueron contando sus inquietudes y experiencias con los animales; perros, gatos, pero también salamandras y vencejos fueron mencionados con sus respectivas anécdotas.






En el área plástica, planteamos crear un collage describiendo la vida de un animal abandonado o de un animal adoptado, lo que ellos prefiriesen. 



Se esmeraron bastante, la verdad, e hicieron unas auténticas obras de arte, y de concienciación.







Una vez más, las charlatanas nos fuimos a casa con la sensación de haber aprendido mucho más de lo que enseñamos; llenas de la ilusión que estos pequeños desprenden y de la gran sabiduría que acompaña a su inocencia.





La charlatana Eva



Inquieta, divertida y con un corazón de los más gordos que se conozcan, Eva siempre está buscando divertidas formas de contar las cosas a los más peques. Recortar, dibujar, pegar… todo vale para acercar a los “niñetes”, del modo más entretenido, la labor educativa de nuestros Charlacanes.

Con ella empezamos una serie de entrevistas con las que queremos que sepáis un poquito más de los charlatanes que formamos Charlacanes.


¿Cómo crees que tu formación, aficiones, trabajo, se refleja en Charlacanes? 

Lo ideal sería trabajar en aquello que te gusta, y en Charlacanes esto se ve plasmado. Me gustan los animales, los niños, las manualidades, todo se aúna en este proyecto.

¿Qué es lo que destacarías de la labor que desarrolla Charlacanes?

Lo novedoso del planteamiento. Los niños que no pueden tener animales o que incluso los temen, se acercan a ellos a través de las historias de nuestra Tarta y de nuestra Melosa. Y aprenden cómo tratarlos, respetarlos y amarlos, de una forma totalmente lúdica y muy activa.

¿Qué es lo que más te gusta, con lo que más disfrutas formando parte de este proyecto?

Dando las charlas, por supuesto.

Cuéntanos alguna experiencia infantil que hayas vivido con los animales.

Mis abuelos siempre han tenido perros y gatos. Recuerdo que una vez, una prima y yo en el pueblo, nos encontramos con un par de gatitos muy pequeños y abandonados (Rayitas y Rayón). Los llevamos a casa de mis abuelos y los alimentamos con una cucharita, dándoles leche. Me encantaba estar con mi gatito en el pueblo; además mis abuelos me ayudaron también a cuidarlo cuando yo tenía que estar en Madrid. También tuvimos un periquito, Pepe, que apareció abandonado en nuestra terraza. Lo cuidamos para que se recuperara. Recuerdo que en casa lo soltábamos para que volara libre, nos íbamos de vacaciones con él, era estupendo. Cuando se "fue" lo pasamos muy mal.

¿Y alguna experiencia de adulto con los animales?

Gracias a Lolito, un hámster, he vuelto a tener animal de compañía. Se lo regalaron a mi hijo Pablo, y fue fantástico el tiempo que compartimos con él. Además Lolito ayudó a que Pablo dejara de tenerle miedo a los animales.

¿Qué opinas sobre la actual situación de la protección de los animales en nuestro país y cómo se presenta a los niños este tema?

No estoy muy puesta en cuanto a temas de protección animal, pero desde mi desconocimiento no creo que llegue mucho a los niños la idea del respeto a los animales. Además, en general, creo que no se trata nada el tema con los niños, no creo que en la escuela se les hable de los animales de compañía y de su cuidado explícitamente. Por eso creo que Charlacanes es una actividad muy positiva pues llena un vacío que actualmente hay. Por otro lado la concienciación a los adultos en la tenencia de animales de compañía es prioritaria, pues somos los adultos los que abandonamos a los animales.

Eva es diseñadora gráfica y trabaja desde hace muchos años en el mundo editorial. Junto a Alicia, otra de nuestras charlatanas, creó el blog sécreativocontigo en el que da rienda suelta a su creatividad puesta al servicio de los más variados proyectos personalizados.

evasegundo.blogspot.com.es

secreativocontigo.blogspot.com.es