No vamos a extendernos ahora sobre la
sociedad de consumo que hemos creado, que nos cataloga por lo que
tenemos y no por lo que somos, que ningunea los valores y prima el
éxito, entendido como la acumulación de bienes materiales y no como
el lograr un equilibrio emocional estableciendo vínculos con aquello
que nos rodea basados en el respeto, la tolerancia y la solidaridad.
Que endiosa objetos de miles de euros que saliendo de la tienda ya
han perdido la mitad de su valor económico, pero desprecia lo
artesano, el “hand made” que dicen ahora, por caro y cutre.
En fin, valga lo anterior como una
pequeña introducción para hablar la suma importancia que todos
damos al dinero y que, inconscientemente, transmitimos a los más
pequeños de la familia. No vamos a ir de anacoretas, de verdad que
no, sabemos que el dinero tiene su utilidad y es imprescindible, por
desgracia, para desarrollar nuestra vida en sociedad, pero sí que
tenemos que abrir la mente a otras formas de relación mercantil, por
decirlo de alguna manera.
Desde hace unos años ha llegado a
nuestro país algo que ya lleva muchísimo tiempo haciéndose en los
países anglosajones: los mercadillos de segunda mano y de trueque.
Lugares donde organizaciones, particulares o empresas, se deshacen de
todo aquello que ya no necesitan, o de lotes conseguidos por
donaciones en el caso de las organizaciones, para venderlas a muy
buen precio o intercambiarlas por otras cosas que necesiten. A veces
con carácter solidario, o simplemente por refrescar un poco el
armario o la decoración de casa, estos mercadillos son divertidos y
muy prácticos. Los objetos cambian de manos, empiezan una nueva vida
en otro lugar recuperando su esencia práctica. Además se generan
menos desperdicios pues, de otro modo, esas cosas irían a la calle,
a la basura y, salvo que fueran “salvados” por algún viandante
–“la gente es que no sabe lo que tira”–, directos a los
vertederos o centros de tratamiento de residuos.
Imagen: www.sevillaconlospeques.com
Estos mercadillos son una buena manera
de trasladar a los niños que el dinero no es imprescindible y que
las cosas conservan su valor aunque nosotros ya no las necesitemos;
lo que a nosotros ya no nos es útil, a otros puede venirles de
perlas.
Imagen: guiavintagebarcelona.blogspot.com
Cuando no necesitemos algo de casa,
comentémoslo entre nuestros amigos y familiares a ver si nos lo
cambian por otra cosa que necesitemos; si por ahí no aparece un
candidato, intentemos gestionar su donación a alguna organización
sin ánimo de lucro. Basta con hacerle una foto, enviar un correo
electrónico y esperar respuesta. Ropa, muebles, juguetes, menaje del
hogar, libros… todo puede encontrar su nuevo lugar. También
existen páginas en Internet en las que se anuncian particulares
regalando objetos que ya no quieren y solicitando otros que
necesitan. Y si no, pues a buscar un mercadillo de trueque que ahora
con el buen tiempo empiezan a organizarse muchos. Impliquemos a los
niños de la casa en el proceso, preguntémosles su opinión, ellos
mismos pueden elegir aquellos juguetes que ya les aburren o la ropa
que se les ha quedado pequeña, y acudamos a los mercadillos a hacer
“negocio”. Será muy entretenido, ya veréis.
Imágenes: www.basurillas.org
Los más emprendedores podéis organizar vosotros mismos vuestro mercado de trueque en vuestras
casas, en el local de la comunidad de vecinos, en el cole, mediante
una página web… Puede ser por temas (juguetes, material deportivo,
material escolar, objetos de nuestros animales de compañía, etc.) o
en plan miscelánea, todo vale.
Imágenes: archiv.dsbilbao.org
Algo que, como mencionábamos, se hace
desde siempre en otros países, ha empezado a tener aquí su
importancia, quizá como reacción a la crisis económica que estamos
sufriendo, pero, sea como sea, esta actividad enriquecedora en muchos
sentidos, nos ayuda a valorar más las cosas y compartir con los
niños un espacio donde el dinero no es necesario y las relaciones
humanas están en primer lugar.
Este fin de semana se organizan en
Madrid dos mercados de trueque. ¡Animaos!
Gratifería La Latina
Sábado, 13 de junio, de 11 a 18 h.
Una feria para regalar lo que quieras
(o nada) y llevarte lo que quieras (o nada). Donde el dinero no ocupa
lugar y cada ser humano da lo mejor de sí mismo. Un rastrillo
gratuito y solidario de intercambio entre vecinos de la Latina y
alrededores. Una Feria en la que aprendes a desprenderte de lo que te
ocupa lugar y no le das uso, para compartirlo con personas a las que
les puede venir bien.
Una vez finalizada la Feria, los
objetos sobrantes los recogerá alguna organización solidaria.
Dónde: Plaza de los Carros
(Metro: La Latina L5)
Ritual Market: Mercado de trueque de
ropa
Domingo, 14 de junio, 12 a 20 h.
Un peculiar mercadillo de trueque,
donde se podrán intercambiar prendas, y aprovechar la oportunidad de
intercambiar ropa sin dinero de por medio. Es una sorprendente idea,
que demuestra que la economía colaborativa también se puede llevar
al mundo de la ropa.
En este mercadillo colaborativo, no se
trata de poder comprar ropa a precio competitivo, sino de algo con
más espíritu y contenido. De hecho, dar la oportunidad de generar
un impacto positivo en la gente a través del intercambio de prendas
es la clave de este proyecto.
Dónde: Espacio Trapezio, Mercado de
San Antón
(Calle Augusto Figueroa, 24. Metro:
Chueca L5)
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