domingo, 19 de abril de 2015

El regazo

Creo que desde que abrí por primera vez los ojos todos los animales me gustaban. Según me contaba mi padre, un día de camping, podía yo tener tres o cuatro años, aparecí con una tarántula en la mano y mientras que mi padre montaba la tienda e intentaba no asustarme, me dijo que la pusiese donde la había encontrado. Pero quien más me marcó fue Persi, mi hermanito felino, fue un regalo de mi tía unas navidades, me acuerdo que íbamos a casa de mis abuelos maternos como todos los sábados, lo sacaron de la caja y allí estaba él, esa bolita blanca de pelo con orejas, cara y rabo grises, nos ganó a todos. Ahora estará sobre el regazo de mi padre.

Y tras varios compañeros de varias especies más y años más tarde, apareció mi niña felina, que como bien dicen son ellos los que te eligen, que la crié junto con sus dos hermanas desde que tenía una semana de vida porque pretendían terminar con sus pequeñas y valiosas vidas antes de tiempo.



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